Autor: Javier SierraFinales de 1990, un chaval de provincias esta en Madrid estudiante periodismo, el prota de la novela es el alter ego del autor, aun mas, es el propio autor.
El protagonista acude frecuentemente al Museo del Prado, lugar que le apasiona desde que en su niñez lo visitó de la mano de su madre.
Allí, mirando la Sagrada Familia de Rafael Sanzio, conoce a un hombre que a lo largo del libro lo va a introducir en la cara oculta de la pintura, lo que tenemos ante la vista pero no sabemos ver porque o bien, no tenemos los conocimientos sobre el autor y su tiempo o porque para el hombre actual la pintura se ha visto reducido a un arte decorativo al que no le busca significado.
Y dicho esto tan sesudo nos encontramos con un libro que podía ser apasionante y de hecho lo es al principio pues nos muestra la otra visión de las obras de las que va hablando pero que poco a poco (la verdad es que mucho a mucho, pero al principio no me he dado cuenta) te empieza a contar unas paranoias medio ocultistas en plan Iker Jimenez que me están aburriendo sobremanera.
Voy por la pagina 192 de 300 y ya estoy deseando que se acabe de una santa vez.
Muy en el plan "El código da Vinci" pero sin acción, aunque no se que me da que es cuestión de tiempo.
Lo he terminado, y ha sido mas o menos lo que esperaba, en vez de acción el autor ha tirado hacia lo sobrenatural, personajes eternos que aparecen y desaparecen, sociedades secretas e inmemoriales.............
Misterios escondidos en los cuadros que solo unas mentes abiertas pueden encontrar, todo en ese plan.
En fin luego he visto en la wikipedia que Sierra trabaja en Mas allá de la ciencia y es colaborador de Cuarto Milenio, con eso esta dicho todo.
Si el libro estuviera pensado como ficción estaría bien, me podría gustar mas o menos pero tendría un pase, lo que no soporto es que lo vende como una especie de ensayo, una autobiografía del autor y supuestamente basada en hechos reales.
Calificación final: NADA RECOMENDABLE
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